Nuestro Cuerpo y el Yoga
▷ ¿Cómo percibimos nuestro cuerpo?
▷ ¿Cómo entendemos este vehículo que nos conduce?
En ocasiones, nos portamos como autómatas: aprendemos ciertas combinaciones de movimientos y nos arraigamos a ellas irremediablemente, cerrando las posibilidades de descubrir nuevos caminos y nuevas formas de entender.Nuestro cuerpo sufre el olvido al que lo condenamos automatizando nuestra vida, pasando de una pantalla a otra y, cada vez más, tratando de movernos lo menos posible ¿Por qué nos empeñamos en valorar más lo que no nos pertenece, lo que está fuera de nosotros, que aquello a lo que debemos nuestra mayor dedicación y cuidado? No somos autómatas.
El olvido en el que hemos caído no es nuestra verdadera naturaleza. Una vez lo entendamos, habremos dado el primer paso en el camino que nos llevará a potencializar nuestra espiritualidad y la calidad de nuestra existencia. Para cambiar, debemos retroceder paso por paso las decisiones que tuvieron como consecuencia el olvido de nosotros mismos; este es un camino escarpado, pero es el único camino que nos puede conducir a la felicidad.
Valorar nuestra forma.
¿Por qué no comenzar entonces con lo que nos es más evidente de nuestra propia persona?: nuestro cuerpo. En este camino de expandir nuestra consciencia es importante que aprendamos a vernos mejor, que observemos lo que somos por dentro y por fuera, que nos amemos.
Es una lástima que solo los médicos logren apreciar la maravilla de nuestra constitución natural, la maravilla de nuestra anatomía. Todo funciona desde una sinergia tan precisa y silenciosa que tendemos a olvidarlo. Somos seres dotados de magia, nuestra energía potencializa todo nuestra existencia y solo en pocas ocasiones nos acordamos que existe, que es.
Tendemos a esperar a sufrir alguna dolencia para preocuparnos, pero... ¿por qué hay que esperar para conducirnos a la plenitud, por qué no hacerlo desde ahora? Una vez reconozcamos la magia que nos constituye podremos aprender a valorarnos justamente.
Es una lástima que solo los médicos logren apreciar la maravilla de nuestra constitución natural, la maravilla de nuestra anatomía. Todo funciona desde una sinergia tan precisa y silenciosa que tendemos a olvidarlo. Somos seres dotados de magia, nuestra energía potencializa todo nuestra existencia y solo en pocas ocasiones nos acordamos que existe, que es.
Tendemos a esperar a sufrir alguna dolencia para preocuparnos, pero... ¿por qué hay que esperar para conducirnos a la plenitud, por qué no hacerlo desde ahora? Una vez reconozcamos la magia que nos constituye podremos aprender a valorarnos justamente.
Nuestro cuerpo es lo que come.

Recordemos:
No se puede hacer andar un carro echándole aceite de cocina quemado. Solo después de proporcionarle el combustible adecuado es que podremos lograr que encienda. Y, una vez encendido, debemos mantener jóvenes y lubricadas sus partes para obtener una mejor experiencia. Este mantenimiento lo provee el movimiento y, desde el enfoque holístico del Yoga, este mantenimiento no solo se ocupa de reconectarnos con nuestro cuerpo, sino de abrirnos al camino de la espiritualidad.
El yoga nos oferece diferentes formas para amar nuestro cuerpo:
Calentamientos, posturas de pie, sentadas, entre otras varias diversas posiciones. Y, cada una de ellas, sana alguna parte del cuerpo, cada una de ellas despierta, activa y rejuvenece nuestro cuerpo en diferentes ocasiones. En el yoga puedes encontrar posturas para aliviar tus problemas digestivos, para mejorar tus dolores de cabeza, para aliviar las molestias que te ocasiona la ciática y para muchas otras dolencias de esas que solemos padecer constantemente. El yoga puede ayudar hasta la persona más anciana a sanarse, solo se trata de ofrecerte a ti mismo la oportunidad de amarte y de demostrarte ese amor a través del cuidado que le das a tu cuerpo. Evitemos las dolorosas cirugías, tener que sobrevivir a punta de pastillas o tener que cargar con un cuerpo en mal estado.
No hay comentarios